sábado, 30 de julio de 2016

Premios Oscar: curiosidades

 Para algunos, ganar o ser nominados al Oscar se convierte en un engorro y no en una alegría. No es frecuente que esto ocurra, pero en la historia de los premios se han dado casos notables. Estos son unos ejemplos:
 George Bernard Shaw (ganador por el guión de "Pigmalion", en 1938), afirmó: "Es como si le diesen un premio al rey de Inglaterra por ser rey. Me parece insultante este honor".
 George C.Scott (actor nominado en 1961 por "El Buscavidas"): Los actores no deberíamos vernos forzados a hacer campaña en favor propio y en contra de otros". Su rechazo fue mayor en 1970 cuando ganó por "Patton" y no acudió a recoger su premio: "Las ceremonias son un desfile de carne de dos horas de duración, y todo por motivos económicos".
 Melina Mercouri (actriz nominada en 1960 por "Nunca En Domingo"): "Al principio me sentí muy honrada con el honor, pero ¿qué clase de honor es ése?. En primer lugar Louella Parsons escribe que no se debería dar el Oscar a una actriz extranjera, sino a un encanto como Doris Day, que hace películas en Hollywood y no en Europa. Después, los de United Artists dicen que no podré ganar si no voy a Hollywood y hago campaña por el Oscar. ¿Qué 
tipo de campaña debo hacer? ¡No soy Kennedy! Soy una actriz, no un político. ¿Qué quieren que haga, llamar a las puertas y decir: "buenos días, soy Melina Mercouri y me gustaría que votasen por mí como mejor actriz del año?." Antes de ser nominada era una mujer feliz y estaba relajada. Ahora ya no".
 Dustin Hoffman en 1967, cuando fue finalista por "El Graduado": "Espero no ganar el Oscar. Me deprimiría conseguirlo"; en 1974, cuando fue finalista por "Lenny": "Los premios de la Academia son obscenos, sucios y no mejores que las competiciones de belleza"; pero en 1979 ya le gustaron, cuando ganó por "Kramer Contra Kramer": "El Oscar no tiene genitales... quiero agradecer a mis padres por no practicar el control de natalidad".
 Susannah York frente a su nominación como secundaria en 1969 por "Danzad, Danzad Malditos": "Me pone furiosa haber sido nominada cuando he intentado no serlo. Me pone furiosa que me hayan nominado sin pedir mi consentimiento".
 Marlon Brando rechazó su Oscar en 1972 por "El Padrino", enviando a la ceremonia de entrega a una muchacha india que leyó una carta del actor en la que afirmaba que no aceptaba el honor para protestar por el trato que recibían los indios norteamericanos en las películas.
 Woody Allen en 1977: "Sé que suena horrible, pero ganar el Oscar por "Annie Hall" no significó nada para mí. No me interesa nada".
Se describen a continuación algunas anécdotas del antes, durante y después de las ceremonias de entrega.
 James Cagney, protagonista en los años treinta en numerosos filmes de gángsters, declaró en 1931, para contrarrestar la oleada de críticas que se producían por la exaltación de la violencia de esas películas, lo cual influyó para que no fuese nominado: "La verdad¨: estoy harto de llevar pistolas y pegar a las mujeres".
 La veterana Marie Dressier escribió en sus memorias a propósito del Oscar obtenido en 1931: "Al día siguiente, estaba en cama leyendo el periódico con el premio en mi mesilla. Cuando leí que se había suicidado una actriz desconocida que iba a ser enterrada en una fosa común me entró un terrible escalofrío: era Jane, una vieja amiga con la que inicié mi carrera hace más de 40 años. La recuerdo como una muchacha pequeña y hermosa que bailaba conmigo en un teatro de tercera categoría en Kansas. Y pensar que ella llegó hasta Broadway, mientras yo seguía malviviendo en espectáculos de provincias... Ahora Jane ha muerto en la más absoluta miseria y yo sigo viva y con el premio de la Academia. Creo que no voy a poder mirar esa estatuilla durante algunos días."
 Irving Thalberg declaró en 1932, tras la victoria de Helen Hayes por "El pecado de Madelon Claudet", película que había producido: "Seamos claros: hemos ganado el premio de la Academia por una porqueria como ésa."
 En 1933, dos Frank (Lloyd y Capra) eran finalistas como mejor director. Cuando el presentador anunció el premio, dijo: "¡Venga, ven a buscarlo, Frank!". Capra se levantó corriendo,pero llegó antes Lloyd, que recibió un fuerte abrazo que le confirmaba como el "Frank" ganador del año. Capra escribió en su autobiografía que el regreso a su mesa había sido "el más largo, triste y humillante de mi vida. Todos en mi mesa estaban llorando".
Al año siguiente, el presentador anunció de la misma forma el premio pero, para fortuna de Capra, no había otro Frank compitiendo.
 En 1934 John Barrymore intentó justificar su omisión de las nominaciones por la película "Twentieth Century": "Hollywood es una ciudad llena de hipócritas que creen que, si gano el Oscar, apareceré borracho para aceptarlo. Y probablemente sea así."
 Joan Crawford, cuando vio a Spencer Tracy con su pelo rizado caracterizado para su papel en "Capitanes intrépidos" (1937): ¡Oh, Dios mío, si es Harpo Marx!"
 En 1937, cuando Louis B. Mayer aceptó el Oscar en nombre de Spencer Tracy, mejor actor del año, declaró: "Tracy, es un gran actor, pero lo mejor de él es que sabe lo importante que es cumplir las órdenes que se dan desde mi despacho." Contestación de Tracy. "¿Qué era eso, un halago o una amenaza?".
 Cuando en 1939 Clark Gable perdió el Oscar por su interpretación de Rhett Buttler en "Lo que el viento se llevó", su esposa (la actriz Carole Lombard) le consoló: "¡No te desanimes! ¡Estoy segura de que el próximo año llevaremos una estatuilla a casa!" "No, no lo conseguiremos -le contestó un abatido Gable- Ésta ha sido mi última oportunidad. No volveré 
a conseguir nunca más una de esas cosas". Carole Lombard fue contundente: "¡No me refiero a ti, memo! ¡Hablo de mí!".
 Bob Hope fue maestro de ceremonias en numerosas entregas de Oscar. He aquí una recolección de sus mejores comentarios:
 "Bette Davis viene todos los años a esta ceremonia para tomar un café y de paso llevarse un Oscar a su casa". (1940)
 "¿Que por qué presento los premios?: hago cualquier cosa con tal de no pagar los doce dólares que cuesta la entrada". (1944)

 "Cecil B. de Mille está rodando "Los diez mandamientos", pero tiene un pequeño problema con la censura: de los diez, hay dos mandamientos que no le dejan filmar". (1954)

 Hollywood es el único lugar del mundo en el que uno puede esperar en la piscina de su casa a que llege su jefe para pedirle mejoras laborales". (1959).
 "¿Se han fijado qué tipo de personajes han nominado este año?: un delincuente juvenil, un nazi, un gángster, un jugador... creo que no voy a hacer más comedias familiares". (1961)
 "Hoy en día se están haciendo cosas en las películas que yo no haría en la cama, incluso si tuviera la oportunidad". (1968)
 "Los que no habéis ganado el Oscar estad tranquilos: todavía os podéis presentar a gobernador del Estado". (1969)
Y he aquí un par de perlas de Jerry Lewis en algunas ceremonias que presentó:
 "Reemplazo este año a Bob Hope porque la Academia no ha podido localizarle: estaba en su casa". (1955)
 "No Pude ver toda "Guerra y paz" porque el niño que estaba sentado en la butaca de delante creció. Ver "Gigante" me costó 300 dólares: tres para entrar en el cine y 297 para pagar a la canguro". (1956)
 Jane Darwell, tras ganar su Oscar en 1940 por "Las uvas de la ira", explicó lo que sentía: "Los premios son siempre muy agradables, pero preferiría tener trabajo".
 Telegrama de William Powell (55 años) a su fiel amigo Ronald Colman (57 años) cuando éste ganó en 1947 el Oscar por el que ambos competían: "Después de todo, me parece bien que hayas ganado: no te quedan muchos años de vida, mientras que mi futuro sólo acaba de empezar".
 Comentario de Louis B. Mayer a Billy Wilder tras ver «El crepúsculo de los dioses" (1950): "¡Bastardo! ¡Has insultado a la industria que te ha alimentado! ¡Deberías ser expulsado de Hollywood!".
 Comentario de Bette Davis a Joseph L. Mankiewicz tras el estreno de "Eva al desnudo" (1950): "Me has resucitado del mundo de los muertos." 

 Spencer Tracy, tras preguntársele en 1955 por su impresión tras ser nominado por "Conspiración del silencio": "Necesito tanto un Oscar como pueda necesitar diez dólares".
 Instrucciones a las telefonistas de la MGM después de que "Gigí" ganara en 1958 el Oscar al mejor filme: a cada llamada debían contestar: "¿M-Gigi-M?"
 Bob Hope, cuando en 1959 recibió un Segundo Oscar honorífico: "Ahora que tengo la pareja, ya puedo hacerme agujeros en las orejas".
 Spencer Tracy, cuando recibió su octava nominación al Oscar, en 1961 por "El juicio de Nuremberg": "Esos actores. Siempre están votando por mí".
 Anuncio aparecido en la prensa días antes del estreno de "¿Qué fue de Baby Jane?", en 1962: "Madre de tres hijos -10, 11 y 15 años-, divorciada, americana. Treinta años de experiencia como actriz en el cine. Más amable de lo que dicen los rumores. Desea encontrar trabajo en Hollywood. Bette Davis, c/o Martin Braum, G. A. C.. Se ofrecen referencias".
 Barbra Streisand, al recoger su Oscar en 1968 por "Funny Girl": "El primer guión de la película fue escrito cuando yo tenía 11 años. ¡Gracias a Dios que tardaron tanto en ponerlo en marcha!".
 John Wayne dejó por un día el rodaje de la película "Río Lobo" para poder asistir a la ceremonia de entrega de 1969, en la que estaba nominado por "Valor de ley". El director, Howard Hawks, le dijo: "¡No se te ocurra volver si no ganas el Oscar!". Wayne le contestó: "Si gano, lo más probable es que no vuelva".
 En 1969 dos hijos de Henry Fonda fueron finalistas al Oscar: Jane, por su interpretación en "Danzad, danzad malditos", y Peter, por el guión de "Buscando mi destino". Reacción del veterano actor: "¿Cómo demonios me puede gustar haber estado tantos años en este negocio y ver cómo uno de mis hijos gana el Oscar antes que yo?".
 Burt Lancaster, ante la nominación en 1970 de "Aeropuerto" como mejor película: "No entiendo cómo ha sido nominada. Es la mayor porquería jamás hecha".
 Orson Welles agradeció así el Oscar honorífico que le fue concedido en 1970: "Al público, espero que entiendan que este premio significa mucho para mí porque no son ellos los que me lo conceden, y mucho menos los críticos".
 Groucho Marx, aceptando en 1973 el Oscar honorífico: "... Y quiero agradecer también a esa gran mujer que fue Margaret Dumont, aunque nunca entendió mis chistes".
 En 1973, mientras David Niven presentaba, un hombre irrumpió desnudo en escena. Mientras los guardas de seguridad se lo llevaban, Niven reaccionó con la flema británica que siempre le caracterizó: "Ésta ha sido su única oportunidad para enseñarnos sus pequeñeces".
 Ellen Burstyn, tras ganar el Oscar en 1974, le preguntó a Walter Matthau qué significado tenía el premio: "Tómalo de esta forma -le contestó el actor-: cuando mueras, los periódicos dirán: "La ganadora del Oscar Ellen Burstyn ha muerto hoy".
El crítico de cine Charles Champlin definió así las nominaciones de 1975: "No ha sido un mal año para el cine. Ha sido un año terrible.
 Sylvia Miles, cuando recibió la noticia de que recibía en 1975 su segunda nominación al Oscar: "Cualquier cosa que diga será más larga que mi intervención en las dos películas juntas".
 William Holden cuando perdió en 1976 el Oscar por "Network, un mundo implacable", premio que consiguió póstumamente Peter Finch, su compañero de reparto: "Si ese hijo de perra no hubiera muerto, yo tendría mi segundo Oscar".
 Robert de Niro, al recibir el Oscar al mejor actor en 1980: "Quiero agradecer a mis padres por tenerme y a mi abuelos por tenerlos a ellos".
 Anuncio aparecido en el "Daily Variey" el día siguiente a la ceremonia de 1982: "A los miembros de la Academia: quisiera que volviesen a ver "Veredicto final" y me explicasen qué debe hacer Paul Newman para ganar un Oscar".
 Preguntado Michael Caine en 1983 sobre lo que supondría para él ganar el Oscar, el actor contestó: "Supondría que recibiría más guiones sin manchas de café de otros actores".
 Reacción de Barbra Streisand cuando no fue nominada en 1983 por "Yentl": "En Hollywood, una mujer puede ser actriz, cantante o bailarina, pero no le dejan ser mucho más".
 Steven Spielberg justificó así su omisión en las nominaciones como mejor director en 1985 por "El color púrpura", película que había conseguido 11 candidaturas: "Estoy seguro de que el sobre en que constaba mi nominación se ha perdido".
 Cuando Jack Palance recibió el Oscar en 1991 como mejor secundario, intentó demostrar que todavía estaba en plena forma para nuevas películas: se puso a hacer flexiones en medio del escenario, ante la atónita mirada de los espectadores.
 Fernando Trueba, al recibir el Oscar en 1993 por "Belle Epoque": "Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder. Gracias, míster Wilder". Al día siguiente Trueba hacía el siguiente comentario: "Hoy, además, me ha llamado Billy Wilder y me ha dicho: "Fernando, soy Dios". Me ha referido que desde que hice mi comentario al recibir el premio, la gente se arrodilla a su paso por la calle".
 Elijah Wood sustituyó de emergencia a Macauly Culkin en la entrega del premio a Mejor Efectos Visuales por una controversia que sostuvo el problemático padre del último con uno de los organizadores de los premios.

 Kirk Douglas recibe emocionado el Oscar honorífico por toda una vida dedicada al cine tras sufrir una trombosis. Douglas dijo: "Estoy contento por este premio porque llevo más de 50 años en esta profesión. Ahí veo a mis cuatro hijos, los cuales están orgullosos de su viejo".