Para algunos, ganar o ser nominados al Oscar se convierte en un engorro y
no en una alegría. No es frecuente que esto ocurra, pero en la historia de
los premios se han dado casos notables. Estos son unos ejemplos:
George Bernard Shaw (ganador por el guión de "Pigmalion", en
1938), afirmó: "Es como si le diesen un premio al rey de Inglaterra por
ser rey. Me parece insultante este honor".
George C.Scott (actor nominado en 1961 por "El Buscavidas"):
Los actores no deberíamos vernos forzados a hacer campaña en favor propio y
en contra de otros". Su rechazo fue mayor en 1970 cuando ganó por
"Patton" y no acudió a recoger su premio: "Las ceremonias son
un desfile de carne de dos horas de duración, y todo por motivos
económicos".
Melina Mercouri (actriz nominada en 1960 por "Nunca En
Domingo"): "Al principio me sentí muy honrada con el honor, pero
¿qué clase de honor es ése?. En primer lugar Louella Parsons escribe que no
se debería dar el Oscar a una actriz extranjera, sino a un encanto como Doris
Day, que hace películas en Hollywood y no en Europa. Después, los de United
Artists dicen que no podré ganar si no voy a Hollywood y hago campaña por el
Oscar. ¿Qué
tipo de campaña debo hacer? ¡No soy Kennedy! Soy una actriz, no un político.
¿Qué quieren que haga, llamar a las puertas y decir: "buenos días, soy
Melina Mercouri y me gustaría que votasen por mí como mejor actriz del
año?." Antes de ser nominada era una mujer feliz y estaba relajada.
Ahora ya no".
Dustin
Hoffman en 1967, cuando fue
finalista por "El Graduado": "Espero no ganar el Oscar. Me
deprimiría conseguirlo"; en 1974, cuando fue finalista por
"Lenny": "Los premios de la Academia son obscenos,
sucios y no mejores que las competiciones de belleza"; pero en 1979 ya
le gustaron, cuando ganó por "Kramer Contra Kramer": "El Oscar
no tiene genitales... quiero agradecer a mis padres por no practicar el
control de natalidad".
Susannah York frente a su nominación como secundaria en 1969 por
"Danzad, Danzad Malditos": "Me pone furiosa haber sido
nominada cuando he intentado no serlo. Me pone furiosa que me hayan nominado
sin pedir mi consentimiento".
Marlon Brando rechazó su Oscar en 1972 por "El Padrino", enviando
a la ceremonia de entrega a una muchacha india que leyó una carta del actor
en la que afirmaba que no aceptaba el honor para protestar por el trato que
recibían los indios norteamericanos en las películas.
Woody Allen en 1977: "Sé que suena horrible, pero ganar el
Oscar por "Annie Hall" no significó nada para mí. No me interesa
nada".
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Se describen a continuación algunas anécdotas
del antes, durante y después de las ceremonias de entrega.
James Cagney, protagonista en los
años treinta en numerosos filmes de gángsters, declaró en 1931, para
contrarrestar la oleada de críticas que se producían por la exaltación de la
violencia de esas películas, lo cual influyó para que no fuese nominado:
"La verdad¨: estoy harto de llevar pistolas y pegar a las mujeres".
La veterana Marie Dressier escribió en sus memorias a propósito
del Oscar obtenido en 1931: "Al día siguiente, estaba en cama leyendo el
periódico con el premio en mi mesilla. Cuando leí que se había suicidado una
actriz desconocida que iba a ser enterrada en una fosa común me entró un
terrible escalofrío: era Jane, una vieja amiga con la que inicié mi carrera
hace más de 40 años. La recuerdo como una muchacha pequeña y hermosa que
bailaba conmigo en un teatro de tercera categoría en Kansas. Y pensar que ella
llegó hasta Broadway, mientras yo seguía malviviendo en espectáculos de
provincias... Ahora Jane ha muerto en la más absoluta miseria y yo sigo viva y
con el premio de la
Academia. Creo que no voy a poder mirar esa estatuilla
durante algunos días."
Irving
Thalberg declaró en 1932, tras
la victoria de Helen Hayes por "El pecado de Madelon Claudet",
película que había producido: "Seamos claros: hemos ganado el premio de la Academia por una
porqueria como ésa."
En
1933, dos Frank (Lloyd y Capra) eran finalistas como
mejor director. Cuando el presentador anunció el premio, dijo: "¡Venga,
ven a buscarlo, Frank!". Capra se levantó corriendo,pero llegó antes
Lloyd, que recibió un fuerte abrazo que le confirmaba como el "Frank"
ganador del año. Capra escribió en su autobiografía que el regreso a su mesa
había sido "el más largo, triste y humillante de mi vida. Todos en mi mesa
estaban llorando".
Al año siguiente, el presentador anunció de la misma forma el premio pero, para
fortuna de Capra, no había otro Frank compitiendo.
En 1934 John Barrymore intentó justificar su omisión de las
nominaciones por la película "Twentieth Century": "Hollywood es
una ciudad llena de hipócritas que creen que, si gano el Oscar, apareceré
borracho para aceptarlo. Y probablemente sea así."
Joan Crawford, cuando vio a
Spencer Tracy con su pelo rizado caracterizado para su papel en "Capitanes
intrépidos" (1937): ¡Oh, Dios mío, si es Harpo Marx!"
En 1937, cuando Louis B. Mayer aceptó el Oscar en nombre de Spencer
Tracy, mejor actor del año, declaró: "Tracy, es un gran actor, pero lo
mejor de él es que sabe lo importante que es cumplir las órdenes que se dan
desde mi despacho." Contestación de Tracy. "¿Qué era eso, un halago o
una amenaza?".
Cuando en 1939 Clark Gable perdió el Oscar por su interpretación
de Rhett Buttler en "Lo que el viento se llevó", su esposa (la actriz
Carole Lombard) le consoló: "¡No te desanimes! ¡Estoy segura de que el
próximo año llevaremos una estatuilla a casa!" "No, no lo
conseguiremos -le contestó un abatido Gable- Ésta ha sido mi última
oportunidad. No volveré
a conseguir nunca más una de esas cosas". Carole Lombard fue contundente:
"¡No me refiero a ti, memo! ¡Hablo de mí!".
Bob Hope fue maestro de ceremonias en numerosas entregas de Oscar.
He aquí una recolección de sus mejores comentarios:
"Bette Davis viene todos los años a esta ceremonia
para tomar un café y de paso llevarse un Oscar a su casa". (1940)
"¿Que por qué
presento los premios?: hago cualquier cosa con tal de no pagar los doce
dólares que cuesta la entrada". (1944)
"Cecil
B. de Mille está rodando
"Los diez mandamientos", pero tiene un pequeño problema con la
censura: de los diez, hay dos mandamientos que no le dejan filmar". (1954)
Hollywood
es el único lugar del mundo
en el que uno puede esperar en la piscina de su casa a que llege su jefe para
pedirle mejoras laborales". (1959).
"¿Se han fijado
qué tipo de personajes han nominado este año?: un delincuente
juvenil, un nazi, un gángster, un jugador... creo que no voy a hacer más
comedias familiares". (1961)
"Hoy en día
se están haciendo cosas en
las películas que yo no haría en la cama, incluso si tuviera la
oportunidad". (1968)
"Los que no
habéis ganado el Oscar estad
tranquilos: todavía os podéis presentar a gobernador del Estado". (1969)
Y he aquí un par de perlas de Jerry Lewis en
algunas ceremonias que presentó:
"Reemplazo este
año a Bob Hope porque la Academia no ha podido
localizarle: estaba en su casa". (1955)
"No Pude ver
toda "Guerra y paz" porque el niño que estaba sentado en
la butaca de delante creció. Ver "Gigante" me costó 300 dólares: tres
para entrar en el cine y 297 para pagar a la canguro". (1956)
Jane Darwell, tras ganar su Oscar
en 1940 por "Las uvas de la ira", explicó lo que sentía: "Los
premios son siempre muy agradables, pero preferiría tener trabajo".
Telegrama de William Powell (55 años) a su fiel amigo Ronald
Colman (57 años) cuando éste ganó en 1947 el Oscar por el que ambos competían:
"Después de todo, me parece bien que hayas ganado: no te quedan muchos
años de vida, mientras que mi futuro sólo acaba de empezar".
Comentario de Louis B. Mayer a Billy Wilder tras ver «El crepúsculo
de los dioses" (1950): "¡Bastardo! ¡Has insultado a la industria que
te ha alimentado! ¡Deberías ser expulsado de Hollywood!".
Comentario de Bette
Davis a Joseph L. Mankiewicz tras el estreno de "Eva al desnudo"
(1950): "Me has resucitado del mundo de los muertos."
Spencer
Tracy, tras preguntársele en 1955 por su impresión tras ser nominado por
"Conspiración del silencio": "Necesito tanto un Oscar como pueda
necesitar diez dólares".
Instrucciones a las
telefonistas de la MGM después de que "Gigí" ganara en 1958 el Oscar
al mejor filme: a cada llamada debían contestar: "¿M-Gigi-M?"
Bob Hope, cuando en 1959
recibió un Segundo Oscar honorífico: "Ahora que tengo la pareja, ya puedo
hacerme agujeros en las orejas".
Spencer Tracy, cuando recibió su
octava nominación al Oscar, en 1961 por "El juicio de Nuremberg":
"Esos actores. Siempre están votando por mí".
Anuncio aparecido en
la prensa días antes del
estreno de "¿Qué fue de Baby Jane?", en 1962: "Madre de tres
hijos -10, 11 y 15 años-, divorciada, americana. Treinta años de experiencia
como actriz en el cine. Más amable de lo que dicen los rumores. Desea encontrar
trabajo en Hollywood. Bette Davis, c/o Martin Braum, G. A. C.. Se ofrecen
referencias".
Barbra Streisand, al recoger su Oscar
en 1968 por "Funny Girl": "El primer guión de la película fue
escrito cuando yo tenía 11 años. ¡Gracias a Dios que tardaron tanto en ponerlo
en marcha!".
John Wayne dejó por un día el rodaje de la película "Río
Lobo" para poder asistir a la ceremonia de entrega de 1969, en la que
estaba nominado por "Valor de ley". El director, Howard Hawks, le
dijo: "¡No se te ocurra volver si no ganas el Oscar!". Wayne le
contestó: "Si gano, lo más probable es que no vuelva".
En 1969 dos hijos de Henry Fonda fueron finalistas al Oscar: Jane, por
su interpretación en "Danzad, danzad malditos", y Peter, por el guión
de "Buscando mi destino". Reacción del veterano actor: "¿Cómo
demonios me puede gustar haber estado tantos años en este negocio y ver cómo
uno de mis hijos gana el Oscar antes que yo?".
Burt Lancaster, ante la nominación
en 1970 de "Aeropuerto" como mejor película: "No entiendo cómo
ha sido nominada. Es la mayor porquería jamás hecha".
Orson Welles agradeció así el Oscar honorífico que le fue concedido en
1970: "Al público, espero que entiendan que este premio significa mucho
para mí porque no son ellos los que me lo conceden, y mucho menos los
críticos".
Groucho Marx, aceptando en 1973
el Oscar honorífico: "... Y quiero agradecer también a esa gran mujer que
fue Margaret Dumont, aunque nunca entendió mis chistes".
En 1973, mientras David Niven presentaba, un hombre irrumpió desnudo
en escena. Mientras los guardas de seguridad se lo llevaban, Niven reaccionó
con la flema británica que siempre le caracterizó: "Ésta ha sido su única
oportunidad para enseñarnos sus pequeñeces".
Ellen Burstyn, tras ganar el Oscar
en 1974, le preguntó a Walter Matthau qué significado tenía el premio:
"Tómalo de esta forma -le contestó el actor-: cuando mueras, los
periódicos dirán: "La ganadora del Oscar Ellen Burstyn ha muerto
hoy".
El crítico de cine Charles Champlin definió así las nominaciones de 1975:
"No ha sido un mal año para el cine. Ha sido un año terrible.
Sylvia Miles, cuando recibió la
noticia de que recibía en 1975 su segunda nominación al Oscar: "Cualquier
cosa que diga será más larga que mi intervención en las dos películas
juntas".
William Holden cuando perdió en 1976 el Oscar por "Network, un
mundo implacable", premio que consiguió póstumamente Peter Finch, su
compañero de reparto: "Si ese hijo de perra no hubiera muerto, yo tendría
mi segundo Oscar".
Robert de Niro, al recibir el Oscar
al mejor actor en 1980: "Quiero agradecer a mis padres por tenerme y a mi
abuelos por tenerlos a ellos".
Anuncio aparecido en el "Daily Variey" el día siguiente a la
ceremonia de 1982: "A los miembros de la Academia: quisiera que
volviesen a ver "Veredicto final" y me explicasen qué debe hacer Paul
Newman para ganar un Oscar".
Preguntado Michael Caine en 1983 sobre lo que supondría para él
ganar el Oscar, el actor contestó: "Supondría que recibiría más guiones
sin manchas de café de otros actores".
Reacción de Barbra Streisand cuando no fue nominada en 1983 por
"Yentl": "En Hollywood, una mujer puede ser actriz, cantante o
bailarina, pero no le dejan ser mucho más".
Steven Spielberg justificó así su omisión en las nominaciones como mejor
director en 1985 por "El color púrpura", película que había
conseguido 11 candidaturas: "Estoy seguro de que el sobre en que constaba
mi nominación se ha perdido".
Cuando Jack Palance recibió el Oscar en 1991 como mejor
secundario, intentó demostrar que todavía estaba en plena forma para nuevas
películas: se puso a hacer flexiones en medio del escenario, ante la atónita
mirada de los espectadores.
Fernando Trueba, al recibir el Oscar
en 1993 por "Belle Epoque": "Quisiera creer en Dios para darle
las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder. Gracias, míster Wilder". Al
día siguiente Trueba hacía el siguiente comentario: "Hoy, además, me ha
llamado Billy Wilder y me ha dicho: "Fernando, soy Dios". Me ha
referido que desde que hice mi comentario al recibir el premio, la gente se
arrodilla a su paso por la calle".
Elijah Wood sustituyó de emergencia a Macauly Culkin en la entrega
del premio a Mejor Efectos Visuales por una controversia que sostuvo el
problemático padre del último con uno de los organizadores de los premios.
Kirk Douglas recibe emocionado el Oscar honorífico por toda una vida
dedicada al cine tras sufrir una trombosis. Douglas dijo: "Estoy contento
por este premio porque llevo más de 50 años en esta profesión. Ahí veo a mis
cuatro hijos, los cuales están orgullosos de su viejo".